Felicidades Imperio   4 comments

Érase una vez un hada que tenía entre los nombres humanos un nombre muy largo Era el Hada Que Animaba Los Objetos Y Seres Inanimados, aunque en el lenguaje de las hadas se llamaba Yopillo, que era un resumen de lo que quería decir todo eso.

 

Donde quiera que fuera Yopillo era la alegría de la casa o del lugar. Los tenedores hablaban con las cucharas, tratándolas de doña, y hasta las pelusas tenían su lenguaje particular, pues se arremolinaban entre ellas para hacer sufrir a quien limpiara. Si la lavadora se estropeaba, Yopillo,  con una orden, hacía que volviera a funcionar, aunque las planchas eran de la tropa rebelde y se quedaban sin calentar, echando chispas como protesta al no querer decir nada, y aquello era un comprar de planchas continuo. También la gente con la presencia de Yopillo se animaba, le salía una risa del pecho así como tonta, de esa que sale sin saber por qué y se marchaban también contentos sin saber la causa, porque Yopillo aunque era todo animar y alegría, para eso era muy discreta.

 

Un buen día, sin motivo aparente, Yopillo no pudo animar a los objetos y seres inanimados, ya que ella misma estaba desanimada, y ellos se quedaron en silencio. Sus alitas de hada empezaron a perder el lustre que consiguió su abuelo a base de mucho frotar. Yopillo lloraba perlas de cristal con las que se iba haciendo un collar hermoso, pero tan grande que apenas la dejaba desplazarse. Los objetos inanimados ya tenían agujetas de estarse quietos esperando a Yopillo. No podían moverse, sin embargo susurraban entre ellos como si fueran viejas cotillas, preguntándose qué le habría pasado a su hada. Las toallas también echaban de menos esa mano firme que las hacía permanecer lisas y coquetas, y comenzaron a arreguñarse disimuladamente en los cajones. El poto del salón se quedaba alicaído pues no oía aquellos cantos riojanos que cantaba el Hada para hacerla crecer. La vecina de arriba, la que tiraba migas, seguía tirándolas pero ya no recibía aquella voz que la regañaba, y las tiraba pero sin ganas, y se volvió taciturna al no tener alguien que le animara el día y como no tenía con quien discutir lo hacía con todo el barrio, poniendo de mal humor a todos, volviéndose el barrio gris. La lluvia se volvió reticente a caer porque los charcos le contaban que ya nadie los pisaba y hacía salpicar como el Hada,  y las nubes, tristes, se volvieron a las montañas para hacer pequeños ríos como quien hace ganchillo sin mirar. La ola de mal humor se fue extendiendo, y nadie sabía por qué todo el mundo estaba de mala leche. Entonces también sucedió que meteorólogos estudiaron el origen de la falta de lluvia y dieron con que el epicentro de la causa estaba en casa de Yopillo echándole la culpa del cambio climático. Periódicos del mundo tenían en portada la cara de Yopillo, que no paraba de echar perlas de cristal y ponían en sus titulares “El Hada Desanimada acaba con el mundo”. Las televisiones hacían eco del suceso a escala mundial y los políticos decidieron que algo tenían que hacer, así que la sentaron en el banquillo de los acusados, sin saber muy bien de qué acusarla.

 

El día del juicio pudo ir Yopillo a duras penas, pues cuanto más triste estaba más perlas había en su collar. El fiscal del Estado tomó la palabra.

-Señoría, acuso a este Hada de alejar las nubes-. Entonces por la cara de Yopillo se deslizó otra perla y la gente lo vio por la televisión y en la calle se pudo oir claramente un “Ohhhh”. Y cuánto más acusaban a Yopillo más perlas había y el mundo, desde su casa, se dio cuenta de lo triste que estaba y de lo tristes que estaban ellos y que ella no tenía la culpa. Entonces, y sin haberlo preparado, hubo una manifestación silenciosa que se dirigió al juzgado. Uno a uno, fueron cogiendo perlas del collar de Yopillo compartiendo toda su tristeza, dejándola ligera para empezar de nuevo. Y Yopillo quiso de nuevo llorar, pero no pudo, porque ya le había entregado cada perla a aquel que le correspondía, pues sin saberlo, había llorado por cada uno de ellos, por sus desdichas, pues sus antenas recogían todas las tristezas del mundo, que eran muchas.

 

Cuando volvió a casa había personas allí reunidas para intentar animarla. Al principio muchos no le hacían ni gracia, pues desafortunadamente eran poco graciosos la mayoría. No obstante fue agradeciendo el empeño de cada uno y se fue animando y ya no era el Hada Desanimada, volvía a ser el Hada Que Animaba Los Objetos Y Seres Inanimados. Los tenedores y cucharas volvieron a bailar bailes de época tratándose de Usted y los platos se colocaban solos en la mesa. La plancha decidió no estropearse y la lavadora giraba el bombo sin parar, provocando una música extraña y divertida, “bom bom bom”. Las toallas hacían pases de modelos para ver quien estaba más estirada. Las pelusas se arremolinaron más que nunca y salieron solas por la ventana, mezclándose con las migas de la vecina. Se mojaban con la lluvia que caía a raudales. Las nubes preparaban muchos charquitos que deseaban ser pisados, pues se veía al poto asomarse por la ventana, anunciando con una sonrisa (que solo el poto tiene) que Yopillo volvía a cantar jotas riojanas.

 

P.d. Y la que aquí suscribe, con una perla en las manos, ve como el mundo es mejor,  tan solo con que alguien que es importante para mí, se alegraba.   

   

Publicado 17 noviembre, 2012 por puck en Sin categoría

4 Respuestas a “Felicidades Imperio

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  1. Buenos días:
    Muchísimas gracias tesoro
    Cienes de besitos pal andando y cienes de y pico de abrazos
    Shi

  2. Hola, ola de mar…
    No sabía que había sido el cumple de Shi! Esto de no tener ADSL en casa….cachis.
    El cuento es precioso, me ha emocionado yeso que no es para mí. Se nota qeu conoces más que bien a Yopillo.., yo también la veo así aunque no hablemos mucho, pero son muchos años leyéndonos y …bueno, en sus palabras siempre está ella, aunque hable de otros.
    Voy a felicitarla y a a ñadir tu blog a mi blog de blogspot, por cierto. No puedo entrar desde él! Me tienes q dar un visto bueno o algo así.
    Un beso o dos, del
    Aire

  3. o bueno, si entro aunque de una forma un poco rara. Da igual, leer te voy a leer siempre! Un beso duendecilla

  4. helouses, pues que te echo de menos.
    Besissssssssssssss

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